by Yelson Perez
Salmista
Con el pasar de los tiempos hemos podido darnos cuenta de que han nacido nuevas ideas, Ministerios y nuevos compromisos que han atraído consigo una nueva metodología de llegar al Corazón de Dios con nuestra Adoración. Es muy necesario que nos demos cuenta que al Alabar a Dios alimentamos nuestro espíritu, pero al tener una adoración Genuina y Verdadera alimentamos el espíritu de Dios, Es por eso que él nos está exigiendo que alabemos menos y adoraremos más.
Desafortunadamente en estos tiempos las personas piensan que adorar es cantar bonito y emocionalmente, y es posible que esto sea cierto, pero no podemos limitar nuestra adoración a esto. Adoración es una comunión diaria y continua con Dios, es comunicarse con Dios de forma que solamente Él nos puede comprender. Es vivir en El, con El, a través de Él y por El bajo la identidad del Espíritu Santo. Es humillarnos postrando nuestros corazones más que nuestros cuerpos, mientras quebrantamos nuestro espíritu rodeados por Su Espíritu. Es reverenciarlo, es honrar su presencia.
Juan, el evangelista, nos cuenta como Jesús hablo de la adoración: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en Espíritu y en Verdad. (Juan 4:23-24) Dios no busca Adoración Santa; el busca adoradores Santos; y como se ha declarado, el calvario hará posible un diferente tipo de adoración, lo cual no requiere ceremonias, ni rituales etc… él dijo: “Dios es Espíritu y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren” el hombre adora a Dios a través y por medio de su espíritu personal, lo cual se manifiesta por el Espíritu Santo; de otra manera no es la adoración que Dios aceptara.
Un Adorador es la persona que ha dedicado su vida a adorar a Dios a través del Espíritu como un dador de adoración. Podemos adorar a Dios solamente si le conocemos; y le conocemos cuando le buscamos, porque está en su naturaleza el revelarse a nosotros por medio de Jesucristo. Juan también nos dice en el capítulo 17 y versículo 3: “Y esta es la vida eterna que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Cuando entendamos que para adorar debemos de hacer algo más que cantar una canción que genere sentimientos ajenos a Dios, podremos hablar de la forma máxima de adoración que es a través de la música y en ese momento podremos levantar nuestras manos al cielo y decirle: Tu nombre exaltamos, tu nombre levantamos; el nombre de Cristo, el nombre de Cristo….
¡DESPIERTA!, ¡LEVÁNTATE!, ¡ADORALE!, y mira el avivamiento que ha de tomar lugar en esta nueva era porque hemos aprendido a adorar. Mira el fuego que transforma el sonido que sale de nuestro interior. Sube hacia el Monte de Sión y se reformado, se restaurado, conviértete y solo entonces veras tu victoria.
Y Así dice el Señor: “Yo sacaré de dentro de ti la pasividad y buscarás mi rostro, anhelarás intimidad conmigo, porque llenaré tu vientre con hambre por mi presencia, por oración, por ayuno, y más que nada, por una adoración continua. El día no será lo suficientemente largo para adorarme, dice el Señor.
AMEN…
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